Cultura
15-10-2014El Espai d'Art Pere Pruna del MDM acoje una pequeña muestra antológica con un conjunto de esculturas de Josep Maria Subirachs, que ofrecen una visión muy representativa de las diferentes etapas del itinerario creativo de este artista barcelonés, que murió el pasado 7 de abril. Subirachs ha sido uno de los escultores catalanes contemporáneos más emblemáticos. Es protagonista de una trayectoria sólida y reconocida internacionalmente.
La muestra, que se puede ver hasta otoño, contiene un pequeño conjunto de figuras femeninas que aún respiran las influencias novecentistas de los años cuarenta y cincuenta, que enseguida y de manera casi imperceptible desembocan en un expresionismo más vigoroso.
Viene después la opción decidida hacia la abstracción, y aún las tensiones de las pinzas y las cuñas, la obsesión por la geometría integrada en una concepción metafísica de la realidad, el encanto del mundo clásico, de su mitología y sus formas más depurada que conforman un repertorio nuevo que vuelve a incluir la figuración y el juego de volúmenes encajados dentro de una sintaxis llena de citas cultas, a menudo herméticas. La muestra, que lleva por título Subirachs escultor, obra selecta, ha contado con el asesoramiento de Judit Subirachs-Burgaya, hija del artista.
La obra de Subirachs en Montserrat es bastante presente. En el transcurso de su vida, el artista realizó varios trabajos para el Monasterio benedictino. La primera fue la Cruz de San Miguel (1962), seguida de la efígies de Santo Domingo de Guzmán (1970), el Monumento a Ramon Llull (1976), la Capilla del Santísimo de la Basílica de Santa María (1977), la estatua de San Jorge (1986) y la imagen de Nuestra Señora de Montserrat (2001), situada en la sección Nigra Sum del Museo de Montserrat. En 2013 se incorporaron dos relieves del año 1985, que se pueden ver al pie de la torre abacial del Monasterio, y que pertenecen al conjunto más característico del universo temático de Subirachs. Su título es Ariadna y Hermes, mediante las cuales el artista explica su concepto del hombre.
La muestra, que se puede ver hasta otoño, contiene un pequeño conjunto de figuras femeninas que aún respiran las influencias novecentistas de los años cuarenta y cincuenta, que enseguida y de manera casi imperceptible desembocan en un expresionismo más vigoroso.
Viene después la opción decidida hacia la abstracción, y aún las tensiones de las pinzas y las cuñas, la obsesión por la geometría integrada en una concepción metafísica de la realidad, el encanto del mundo clásico, de su mitología y sus formas más depurada que conforman un repertorio nuevo que vuelve a incluir la figuración y el juego de volúmenes encajados dentro de una sintaxis llena de citas cultas, a menudo herméticas. La muestra, que lleva por título Subirachs escultor, obra selecta, ha contado con el asesoramiento de Judit Subirachs-Burgaya, hija del artista.
La obra de Subirachs en Montserrat es bastante presente. En el transcurso de su vida, el artista realizó varios trabajos para el Monasterio benedictino. La primera fue la Cruz de San Miguel (1962), seguida de la efígies de Santo Domingo de Guzmán (1970), el Monumento a Ramon Llull (1976), la Capilla del Santísimo de la Basílica de Santa María (1977), la estatua de San Jorge (1986) y la imagen de Nuestra Señora de Montserrat (2001), situada en la sección Nigra Sum del Museo de Montserrat. En 2013 se incorporaron dos relieves del año 1985, que se pueden ver al pie de la torre abacial del Monasterio, y que pertenecen al conjunto más característico del universo temático de Subirachs. Su título es Ariadna y Hermes, mediante las cuales el artista explica su concepto del hombre.